A menudo pensamos, equivocadamente, que ser libres es poder hacer lo que nos da la gana en cualquier momento. Ese concepto de la libertad, nos llevaría a un mundo caótico. No todo lo que nos apetece hacer es lo que más nos conviene en cada caso. La libertad es más bien crecer y avanzar con sentido y orden.
No todas las cosas que nos gustan hacer, tienen el mismo orden de importancia, ni nos aportan lo mismo, ni tienen el mismo peso. Por ejemplo, pasar la tarde viendo películas y comiendo palomitas, está bien en ciertos momentos. Pero si pasamos el día tirados en el sofá viendo películas y comiendo palomitas, durante años…nos convertimos en eso mismo que hacemos. Tener aspiraciones, sueños, responsabilidades nos da sentido y nos marca un ritmo en la vida. Tendemos a relajarnos, a buscar lo fácil, lo cómodo, lo que no me moleste. Pero en realidad, dejarnos vivir de brazos caídos nos aliena. La alienación es el camino más directo a la pérdida de sentido a la falta de libertad. ¿Estás de acuerdo?.
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